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INTERIOR. MAZMORRA CON PAREDES DE PIEDRA. MÁS ILUMINADO.
Champiñongo escucha a los P’Tonatls discutir y piensa:
¡Maldita sea! Están gritando, eso puede ser bueno para mí.
En la habitación contigua, el P’Tonatl líder del grupo que capturó a Champiñongo está furioso. Apoya su mano izquierda sobre una de las ruedas de su cilindro-transporte y se inclina sobre la mesa, su tronco casi desencajado del lugar donde está unido al tranporte. Golpea con su puño derecho la mesa de madera, que retumba y vibra, mientras grita:
¡NO!
Somos P’Tonatls… queremos pureza a través de la limpieza.
No somos asesinos, ni canibales… lo que piden es infame y va en contra de todo lo que hemos construído hasta ahora.
Y todo por darle gusto a Don Esteban.