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INTERIOR. MAZMORRA CON PAREDES DE PIEDRA. POCO ILUMINADO.
Champiñongo está encadenado en la pared del fondo, colgando desde una argollas que agarran sus manos. Está sentade incómode, una pierna extendida, la otra doblada. Sonríe con sorna.
Los dos P’Tonatls que quieren reciclarlo lo observan. La luz tenue ilumina su perfil, el ambiente es tenso.
Champiñono piensa:
DECIDIERON SU JUGADA…
AHORA ES MI TURNO.